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Por: Fernando Zapatero Ramírez
Sábado 16 de junio de 2022. 15:00 horas Día soleado, con un firmamento azul galáctico; eso entusiasma e invita a soñar. ¡hola buena tarde a todos! comenta Fernando, quien llega a laborar en su turno vespertino en el departamento de ambulancias del hospital ubicado en la Unidad Habitacional Pemex, muy cercano a la zona arqueológica de Tula.
15:10 horas Al estar revisando que su unidad contara con el equipo adecuado para las urgencias que se presentasen; se escucha que alguien grita en el servicio de urgencias: ¡viene en camino un accidentado; al parecer por atropello vehicular!
Fernando junto a dos compañeros corren hacia el área de urgencias; cuando se empieza a escuchar el sonido de una sirena; dos minutos después ingresa una ambulancia de la Cruz Roja; se estaciona y bajan al área de urgencias a un paciente del que no se aprecian sus características. Fernando y su compañero reciben la indicación de colocar al paciente en la cama uno; es cuando ambos se dan cuenta que el paciente casi inconsciente es un niño de no más de 13 años que gime constantemente: ¡ayúdenme!
15:20 HORAS Arriban al lugar médico general, enfermera y trabajadora social; mientras unos auscultan al paciente, otros tratan de recabar sus datos, e investigan lo sucedido; los técnicos de la Cruz Roja refieren que el menor fue atropellado por vehículo en la zona de Iturbe y añaden que en el lugar de los hechos no había nadie de su familiar, y que fueron transeúntes quienes dieron aviso a los servicios de emergencia.
15:35 horas El médico general advierte que el menor debe ser ingresado al quirófano con urgencia debido a sus lesiones viscerales, mismas que ponen en peligro su vida. Llegan al lugar el médico cirujano y médico anestesista. Al revisar al paciente corroboran que se debe operar de inmediato. La trabajadora social de guardia informa al médico que el paciente no es derechohabiente, por lo que no puede ser atendido, a lo que el doctor responde que no puede esperar mucho tiempo, por lo que tratan de localizar a algún familiar del menor sin conseguirlo.
16:00 horas El personal que se encuentra en el área, le sugiere al médico cirujano que ingrese a quirófano al paciente; que se realice el cobro del costo de la cirugía al salario de los trabajadores presentes. Lo consultan vía telefónica con el director de la unidad médica quien responde que no está permitido realizar procedimientos para ser descontados a los trabajadores, por lo que el cirujano decide no ingresar a cirugía al paciente.
16:30 horas El médico general comenta que el paciente se está deteriorando rápidamente; y que es necesario realizar cirugía; los trabajadores auxilian con la búsqueda de datos para la identificación del niño, así como la localización de algún familiar; en ese momento no tienen nombre o apellido del menor.
17:00 horas El niño toma de la mano a Fernando y le susurra con las pocas fuerzas que tiene al oído: no me sueltes; no me dejes, ayúdame, e inicia como puede el menor a platicarle sus sueños; Fernando desesperado, le exige al médico cirujano que lo opere; que lo ingrese al quirófano; en ese momento comenta que tiene temor a que el directivo tome represalias; ante ello Fernando le asegura si eso sucede, ira a levantar una queja a la gerencia de servicios médicos de la institución en CDMX; el grupo apoya la propuesta y señalan que ira todo el grupo a quejarse del directivo.
18:00 horas Fernando sigue tomado de la mano del menor; en lapsos aparenta dormir; pero no está durmiendo; ¡Está agonizando! Fernando trata de dar ánimos, y le comenta que lo imagina siendo feliz pedaleando en su bicicleta color azul metálico; que cuando brinca un tope lo imagina haciendo peripecias en el aire; que de grande lo ve realizado como un gran pintor renacentista y que deberá cumplir el sueño de conocer Pisa, Génova, Florencia; cuna de grandes artistas; como ya lo había referido el menor.
18:30: horas. Ingresa muy agitada una mujer con el brazo derecho levantado, mostrando su credencial color gris; en ella está el nombre y apellidos del menor; es familiar de un trabajador de la paraestatal; inmediatamente la trabajadora social lo busca en el sistema informático institucional; el menor es derechohabiente.
18:32 horas Por orden del anestesista Fernando debe ingresar a quirófano al menor; se establece el protocolo de manera inmediata y el paciente va en camino a su operación.
18:33 horas. El paciente siente movimientos bruscos; se pregunta que pasa; su subconsciente le murmura que pronto va a estar bien; que ira al lugar adecuado; a su lado el paramédico apresura el paso manipulando la camilla diestramente; salen de la zona de urgencias e ingresan con paso veloz a territorio de área negra del pasillo a quirófano; el niño percibe destellos resplandecientes que emiten las brillantes lámparas de alógeno del techo; escucha voces de femeninas y masculinas pero no sabe de quien provienen; las personas respiran agitadamente, destapando el instrumental para cirugía; el niño ve más luz blanca resplandeciente y presiente que ya no sufrirá más, pues la ayuda ha llegado; se siente cómodo, se siente protegido, se siente en el aire y agradece a su Dios que por fin haya permitido que le ayudaran; esboza una sonrisa muy infantil; trata de abrir los ojos pero se le dificulta; Fernando le toma del brazo y le grita ¡aguanta, aguanta! ¡ya casi llegamos! en el siguiente momento el paciente se encuentra en la plancha de quirófano y le están administrando las primeras dosis de anestesia.
18: 34 horas ¿Fernando por qué me sueltas? ¿Por qué me siento muy ligero? Una vez sedado, el anestesista solicita a Fernando que realice la maniobra de extensión de cervicales para iniciar intubación al niño que se ve un poco más pálido, un poco más triste; no opone resistencia; se intuba de inmediato; a Fernando le toca dar ventilación por medio de globo.
¡Hola! ¿Cómo están todos? ¡Hola! ¿Cómo es que no me escuchan?; ¡Hola! ¿Cómo es que no puedo tocarlos? ¡Aquí estoy!
Las dos enfermeras quirúrgicas van y vienen; colocan soluciones, mangueras, catéters, lavado de manos, electrocardiógrafo, bisturís, no se detienen un segundo a nada; ¡tienen que salvar una vida!
18:35 horas ¡Doctor, doctor! Grita Fernando, el balón se puso rígido; no me permite ingresar aire a los pulmones del niño; Cómo, responde el médico; el profesional de la salud realiza maniobras en su equipo de anestesia; el mismo médico indica con voz nerviosa, preocupada, enérgica ¡Intenta de nuevo, ingresa aire rápido!
¡Hola!¡ ¿Cómo están todos? ¡Hola! ¿Cómo es que no me escuchan? ¡Hola! ¿Cómo es que no puedo tocarlos? ¡Aquí estoy! El niño se observa así mismo por encima de los presentes; vuelve a ver el brillo incandescente pero ya no son las lámparas de alógeno del techo.
Fernando desesperado intenta ingresar aire mientras el anestesista hace todo lo posible para que no se detenga el bip bip que se escucha cada que el punto luminoso realiza el trazo cardíaco y recorre la pantalla verde.
18: 36: 00 horas ¡Hola!¡ ¿Cómo están todos? ¡Hola! ¿Cómo es que no me escuchan? ¡Hola! ¿Cómo es que no puedo tocarlos? El niño no sabe que ha sucedido, pero ya no está aquí. Su cuerpo esta sobre una cama rígida de quirófano; pero su alma ha ingresado al túnel luminoso.
18:36: 05 horas Ya no se escucha más el bip el cursor de punto verde brillante; solo dibuja una línea recta en la pantalla; no se ve trazo ascendente-descendente angular. Fernando y el anestesista se ven a los ojos con sorpresa, rencor, tristeza, odio, duda, y se preguntan ¿Por qué así Dios? El niño ha fallecido hace cinco segundos. Alguien se asoma y comenta que se ha presentado la madre del menor; que desea verlo; que desea saber cómo esta. Lagrimas recorren las mejillas de Fernando; sin darse cuenta de que de alguna manera ha tomado la mano del menor y se despide con el mayor respeto de alguien que no tenía que morir.
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