
Por: Ivonne M.
Adrián Peña, un talentoso escultor originario de Tepeji, ha estado capturando la atención de la escena artística internacional. Su reciente participación en un destacado simposio en Chaco, Argentina, subraya su compromiso con el arte escultórico y su habilidad para crear piezas que conectan con la identidad cultural de cada región.
Durante su intervención en la localidad de Saenz Peña, Adrián se dedicó a la creación de una escultura de dos metros de altura en madera, inspirada en el tapir, un animal emblemático.
Al respecto, dijo que se buscaron obras que no solo fueran hermosas, sino que también ayudaran a construir la identidad turística de esta región de Argentina.
Peña no se detuvo ahí. En junio, fue parte del II Guancasco Simposio Internacional de Escultura en San Nicolás, Santa Bárbara, Honduras, donde trabajó con piedra extraída directamente del lugar.
Su pieza, titulada "El regreso de un dios", es un ejemplo más de su talento para fusionar la escultura con la narrativa cultural.
A su regreso a México, Adrián ha estado inmerso en un nuevo proyecto: la creación de la sala "Coraza" en el Museo Textil de La Josefina.
Esta obra celebrará la historia de producción de tambos en una fábrica dentro de “La Josefina” que inició sus operaciones en los años 70 y cerró en los 90, y que años después se convertiría en un lugar cultural.
Visiones Futuras: Nuevos Horizontes Internacionales
Mientras se acerca septiembre, Peña se prepara para una nueva serie de viajes que lo llevarán nuevamente a América del Sur.
Su primer destino será Córdoba, Argentina, donde se sumará a un selecto grupo de ocho escultores para trabajar en mármol, explorando las influencias de las culturas latinoamericanas.
Después, su camino lo llevará a la Patagonia, donde realizará una escultura de cemento en un parque temático dedicado a la fauna y la identidad regional.
Con ese mismo espíritu, visitará Chile, un país que ha recibido con entusiasmo sus obras, ya que posee un total de siete esculturas distribuidas en varias localidades.
Una de las características del trabajo de Peña es su compromiso con la sostenibilidad.
"No corto árboles vivos para mis esculturas. Utilizo madera que ya ha caído o que ha muerto de manera natural. Así, les doy una nueva vida", explicó, subrayando su enfoque ético hacia el uso de materiales.
El apoyo para sus participaciones internacionales llega principalmente de la fábrica de toallas "La Josefina", ya que, como Peña señala, "no existen políticas gubernamentales que respalden a los artistas para que puedan exponer su trabajo fuera del país".
Con cada nueva escultura, Adrián Peña no solo deja huella en el ámbito artístico, sino que también aboga por un arte que respete y celebre la vida, la cultura y el medio ambiente, un verdadero legado que trasciende fronteras.
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